La libreta de dibujo
- Francisco
- 9 abr 2020
- 1 Min. de lectura

Estamos viviendo un momento muy particular en nuestras vidas. Nunca antes el mundo se había paralizado de esta manera, a causa de un minúsculo enemigo que nos recuerda lo frágil de la existencia humana.
En este momento, millones de personas deben refugiarse en casa. Tenemos un sinfín de pensamientos que en algunos casos deben salir de nuestra mente; en el caso de quienes dibujamos, las libretas (o sketchbooks) son un excelente medio para trazar en papel las ideas y sentimientos que generamos día a día.
Es muy llamativo poder viajar en el tiempo, revisando ilustraciones antiguas propias, observando cómo pensábamos, sentíamos o lo que nos llamaba la atención en un momento dado.

Al ser tan personal, es decisión propia si se comparte su contenido; los esquemas y bocetos suelen estar llenos de errores e imprecisiones, pero sirven para construir trabajos más elaborados en otros soportes y medios.

En mi caso, son varias las libretas que uso. Normalmente en ellas hago bocetos en tinta, trabajos más o menos acabados en grafito e incluso últimamente, he incorporado color. Tomo notas y anotaciones en algunos bocetos, y en otros apenas si tienen la firma y el año. Muchos trabajos son simples esquemas, mientras que otros son obras acabadas.

A mi entender, las libretas de dibujo son una herramienta creativa indispensable, pues cuando llega la inspiración, por su portabilidad permiten rescatar rápidamente las ideas. No necesitan una estructura definida, ni tienen que pensarse como soportes de trabajos definitivos, aunque con el paso del tiempo, la libreta misma se transforma en un objeto artístico por derecho propio, que documenta el proceso creativo del artista.
Y tú, ¿usas libretas de dibujo?
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